Taquito por taquito

Café Negro
Por Óscar González

Estamos por ver en Quintana Roo el final cardiaco de una competencia electoral sui generis –particularmente en el capitalino municipio Othón P. Blanco– entre candidatos sin partido que buscan gobernar en el ayuntamiento.

Quedémonos en Chetumal, donde la lucha fue la más cerrada entre dos finalistas varones, pues la mujer que contendía Ariadne Song Anguas al cierre de la recepción de firmas se quedó bastante lejos de la meta mínima.

Los que se enfrascaron en una última recta con final de fotografía son el restaurantero –nunca antes militante de un partido– Julio “Taquito” Alfonso Mauricio Velázquez Villegas y Andrés Florentino Ruiz Morcillo. El primero obtuvo 166 más que el exedil priista, y lo que resta por averiguar es si tan estrecha diferencia asegura el triunfo definitivo del emprendedor sobre el político de larga carrera.

Cierto es que 166 firmas las podría juntar Andrés Ruiz con una buen a carne asada en su casa, pero el plazo expiró. El adversario le resultó conocido, entusiasta y popular; por eso la contienda se puso buena y aún faltan instancias que superar, como la validación de las credenciales de quienes apoyaron a los contendientes. La poco más de centena y media de rúbricas, casi desde cualquier punto de vista parece poca cosa –solo de un 3.8 por ciento de diferencia entre uno y otro, sólo que esta diferencia, muy al estilo de la democracia mexicana aprendida de las oposiciones al PRI –especialmente del PRD– seguramente será objeto de todas las escalas de querella administrativa y jurisdiccional a que haya menester. ¡Firma por firma; taquito por taquito!

Esto todavía no se acaba y se puede poner muy bueno: aquel independiente que entre en las impugnaciones ya no dependerá se su carisma, atractivo político ni estructura territorialelectoral, sino de tener de su parte a un buen litigante, estilo Antonio Meckler Aguilera, Carlos Vázquez Hidalgo o el actual líder legislativo Eduardo Martínez Arcila, por hablar de los más guerreros: esos que empezaron en los idos buenos tiempos del Ieqroo a arrebatarle al PRI la hegemonía del estado a punta de medios de impugnación.

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